Un retrato resulta la expresión plástica de una persona a imitación de la misma. En un retrato predomina la cara y su expresión, con el objetivo de reflejar la personalidad e incluso el estado de ánimo del individuo. Por esta razón, incluso en fotografía, un retrato no es generalmente una simple foto, sino una imagen compuesta de la persona en una posición estática.
No se trata de reproducir los rasgos de manera mecánica (como una máscara de cera modelada sobre el rostro), sino que se incorpora la sensibilidad del artista, que interpreta la realidad para mostrarnos ese algo más allá de la misma.
Los primeros retratos fueron encargados por reyes, emperadores,... personalidades que ansiaban perdurar en el tiempo más allá de la vida a través de su imagen. No obstante, en el mundo contemporáneo, el retrato se desliga de ese afán de inmortalidad para convertirse en algo de carácter más cotidiano.
Face2Face es una iniciativa de arte urbano que reúne una serie de fotografías de rostros de israelíes y palestinos. El proyecto, desarrollado en 2007 por JR y Marco, surge como denuncia ante el continuo conflicto existente en Oriente Medio.
Los artistas cubren el Muro de Cisjordania (barrera que separa los estados mencionados) con monumentales fotografías que enfrentan, por parejas, a árabes y judíos de la misma profesión. La expresividad de los rostros retratados resulta fascinante; más allá de la mera imagen se nos comunican sentimientos, emociones, pasiones,... que nos hacen olvidar las diferencias ideológicas y nos recuerdan que, en esencia, somos todos seres humanos.
El arte urbano traspasa los límites de la pintura grafitera que desde siempre ha existido. Se desarrolla en todos los ámbitos, va desde los anuncios publicitarios que amueblan las calles, hasta las expresiones graficas de los grupos callejeros, a las formas e vestir de la gente que llena los escenarios urbanos… los pasos de cebra, elementos que siempre han estado ahí, dedicados a una función y que simplemente se establecían como eso, se imbuyen también de esa caracterización, personalización e intento de apelara un público que les hace ser considerados como expresiones artísticas.
¿Si el arte es una forma de expresar y ver las cosas, por qué no va a llenar lo cotidiano?
Las calles son ahora lienzos en los que, se dibujan líneas que crean espacios diferentes.La intención es la misma que la de los grafitis pero con la diferencia, ¿tal vez buscada? de que esa expresión artística no está condenada.
En esta misma línea de intención, aunque no de expresión, se podría hablar del cuadro de Monet“almuerzo en el campo” que busca prácticamente lo mismo que otros cuadros clásicos que no estaban mal vistos por la sociedad de esa época. La diferencia entre ellos era la coartada del desnudo clásico para realizar alegorías, mientras que el desnudo en el cuadro de Monet no encontraba ninguna justificación.
Salvando distancias, los pasos de cebra son graffitis en el suelo, formas de expresión que los amantes del street art hacen como suyas. Estar en las paredes o en el suelo no es la única diferencia que los hace “legales” sino que tras esa forma de de expresión existe una funcionalidad urbana. Otros tipos de arte urbano no la tienen sino que han sido consideradas únicamente como expresiones artísticas fuera de contexto. Serían como las obras de arte retiradas de los salones públicos.
Todos conocemos la película del club de los poetas muertos e intuimos la critica que encierra de una manera muy sutil.
El tema principal es el deseo de ser libres, poder actuar como nos apetezca, no tener que dar explicaciones a nadie, hacer lo que realmente sentimos sin dejar escapar ninguna oportunidad.
Los protagonistas son un grupo de alumnos de un colegio muy prestigiado en el que su lema es Honor, Tradición, Disciplina y excelencia.
comienza el curso y el objetivo de cada uno es meramente sacar el curso con buenas notas, sin distracciones para así poder llegar a la universidad y poder hacer lo que uno quiera, pero entra en juego la pieza importante de la película, el Profesor Keating, quien va motivar a los alumnos y lanzarlos a una vida en la que su principal objetivo a de ser el de disfrutarla, sacarle todo el jugo posible.
Con su ayuda pasan de la niñez a la madurez, cada uno con sus deseos e inquitudes, les empuja a ver la vida de otra manera, desde otro punto de vista, hablan de la elección de caminos, de la amistad, del amor, del aprendizaje, de la honestidad, lealtad...
Según algunas criticas a esta película hacen un homenaje a la filosofía liberal y animan al individuo a que haga lo que le venga en gana de un modo irreflexivo, sin distinguir entre el bien y el mal, pero no es así como la mayoría de gente capta el mensaje.
Con este tipo de películas nos animan a disfrutar, a sacar de nosotros mismos lo máximo que podamos, pero siempre de un modo coherente, sabiendo que esta bien y que esta mal y hasta donde podemos llegar, nos sentimos identificados porque quien no a tenido un profesor que le recordase lo buena q es la vida y lo afortunado que es por poder vivirla casi ilimitadamente, quien no se ha enamorado de alguien sin apenas conocerlo y quien no a sentido esos miedos al ser incomprendido ante nuestros propósitos.
Otra película con la que se podría poner en relación es con la vida es Bella, no porque sea el paso a la madurez de unos estudiantes, sino por darle sentido y valor a la vida, saber aprovecharla y ver los momentos tan bellos que nos perderíamos si miramos con otro punto de vista.
Leo Castelli fue un coleccionista, marchante y galerista de arte italiano que fue uno de los más importantes promotores del arte de vanguardia. Fue uno de los impulsores del expresionismo abstracto, considerado como el primer movimiento pictórico totalmente americano; pero fue el descubrimiento del pop art lo que le hizo famoso mundialmente. Después de esto también promocionó a los minimalistas y a los conceptuales. Su galería neoyorquina fue un referente y una especie de refugio para los artistas jóvenes que eran rechazados en las demás galerías de Nueva York; lo cual provocó que dichos artistas se influyesen unos a otros marcando asi las pautas del arte venidero.
Formado en las vanguardias históricas de París de los años 20 y 30, Castelli apostó por con éxito en Nueva York por el pop art, la abstracción lírica, el arte conceptual, el neo dada, etc. Castelli, además de revolucionar el panorama artístico norteamericano y probablemente mundial; provocó también cambios en las formas de vender, comprar y coleccionar arte contemporáneo.
Este coleccinoista fue el descubridor de artistas como Andy Warhol, Pollock, Rauschenberg, Stella, Nauman, Serra, Lichtenstein entre muchos otros.
Castelli también fue el puente que consiguio unir el Viejo y el Nuevo Mundo, el quería demostrar que la pintura estadounidense podía ser tan buena como la europea. Un momento que marcaría su vida artística sería la Bienal de Venecia de 1964, ya que se podría decir que logró cambiar el panorama artístico mundial; puesto que fue decisivo para la introducción del arte estadounidense en Europa.
Darse a conocer, transmitir una imagen lo más auténtica
posible de uno mismo o, por el contrario, reflejar una actitud que lejos de
querer permanecer en el olvido pretende deslumbrar públicamente pase lo que
pase... Todo artista moderno que se precie cuenta con una serie interminable de
autorretratos que desvelan sus emociones, ya sean reales o pura apariencia. El
artista es plenamente consciente de su misión en la sociedad: a partir de la
llegada de Courbet, comenzaron a tomar posturas de forma mucho más evidente en
temas políticos, religiosos y sociales. Pasan a ser una imagen a seguir... o a
criticar, que es en el fondo lo que nos interesa en este blog.
Existe sin embargo una línea de autorretratos que, además de
manifestar su forma de ver las cosas, expresan mediante diferentes recursos esa
situación, social o personalmente hablando, en la que se encuentran.
El caso ya mencionado de Courbet se ve claramente en dos de
sus autorretratos. Quizá sea más conocido el primer plano que toma de sí mismo
en alarde de su locura: los ojos desorbitados o la mano en la cabeza reflejan
su desvarío, mientras que el hecho de que en el cuadro su cabeza sea más grande
que una real transmite el orgullo que siente hacia esa paranoia. Me gustaría
llevar más a fondo esa soberbia a través de otro de sus autorretratos: aquél en
el que aparece en medio de su taller, delante de un lienzo de un paisaje y
rodeado de personas que, de un modo u otro, han formado parte de su vida. El
cuadro es en su totalidad una alegoría que lo coloca como dios de su propio
entorno: “a su derecha” se encuentran todas aquellas personas que, según su
criterio, merecen ser ilustrados con su arte, mientras que a su izquierda se
encuentran los condenados por su propio juicio a no conocer nunca la verdad,
pues aquí la verdad (representada por la mujer desnuda) está de su parte.
En esa línea de artista excéntrico se mueven otros tantos
posteriores. Andy Warhol expresaba mediante sus autorretratos la misma
intención que con sus cuadros de Marilyn Monroe, Michael Jackson o diferentes
celebridades, igualándose incluso a todos ellos. Gauguin se pintaba con su
Cristo Amarillo detrás en clara autopromoción de su obra y de su estilo. Van
Gogh es mundialmente famoso por la polémica que supuso su locura y, entre
tantas obras, por sus incontables autorretratos, entre los que destaca aquél
con la oreja derecha tapada. Está suficientemente claro que la imagen que un
artista da de sí mismo no tiene por qué encajar con la realidad. Lo que
verdaderamente importa es si, a la postre, esa imagen será recordada o no.
“¿Quién quiere la verdad? Por eso existe el mundo del
espectáculo: para demostrar que no importa lo que seas, sino lo que ellos
piensan que eres”
Antes el rey buscaba un escultor para hacer perdurar su nombre, el general un arquitecto para edificar la conmemoración de una victoria, la mujer, un pintor para conservar eterna la belleza de su juventud. En el objeto mismo de las maquetas, estaba la intención de representar en 3 dimensiones a la vez que la de no poner fecha de caducidad a un proyecto que podía ser agotado por el tiempo. Ahora ese sentido historicista del arte se ve relegado a la posibilidad que ofrecen las nuevas tecnologías para hacer perdurar personas, situaciones, hechos en el tiempo, para recoger la historia y narrarla. El arte se reserva los derechos de expresión y se permite el lujo de ser efímero, de impactar en un momento dado pero, de no tener la intención de durar para siempre.
La vida y el tiempo pasan mucho más rápido ahora. Estamos acostumbrados a tener lo que queremos ahora, a poder revivir mediante el cine, las grabaciones y miles de formatos del recuerdo, el pasado. Lo de antes puede ser ahora igual que lo de ahora será luego. La sociedad consumista, la facilidad de medios de comunicación permiten que para la obra de arte no exista el tiempo.
Quería concretar esta idea del arte efimero fijandome en una de sus manifestaciones: la escultura de arena.
Soy escultor de arena.
Suena a broma, pero no lo es. En el mundo existen decenas, tal vez cientos, de escultores de arena profesionales. Son artistas de lo efímero que han perfeccionado la infantil tarea de construir castillos en la playa gracias a largas horas de experimentación y práctica, hasta convertirla en una ocupación de insospechadas aplicaciones y alcances. Los escultores de arena construyen obras de variada temática, máxima precisión y (generalmente) ambiciosas proporciones. Lo hacen utilizando técnicas de compactación, humectación y moldeado del dorado elemento y valiéndose de algunos utensilios y herramientas (palas, pinceles, cubos, redes, plásticos, etc.). Sus creaciones duran apenas unos días, a veces tan sólo horas por efectos de algún inesperado vendaval o tormenta, pero siempre concitan la inmediata atención de quienes las encuentran a su paso.
Una
misma acción, una misma expresión gráfica: el beso a través de la
escultura. El tema es bastante recurrente en el mundo del arte, sin
embargo la manera de contarlo siempre resulta ser algo completamente
personal.
Por
una parte tenemos a Rodin, escultor francés contemporáneo de la
corriente impresionista y quien descubrió en Miguel Angel el
atractivo de lo inacabado y el abanico de posibilidades que brindaban
los contrastes entre superficies pulidas y sin pulir en una misma
obra o el abandono total de las formas pulidas. Este hallazgo lo
asumió y explotó sin vacilar, pues aunque manejaba el barro con
increíble facilidad, hasta el punto de poder ser considerado como el
gran modelador de la historia de la escultura, apenas trabajó la
piedra, delegando la labor de talla en sus ayudantes. Uno de ellos
resultó ser (por el tiempo de un año) Constantin Brancusi, quien
prefería crear sus esculturas con sus propias manos, estableciendo
una conexión íntima con los materiales, en la mayoría de los casos
a través de la talla directa.
Pudiera
ser como respuesta al beso del maestro, la escultura que elaborará
Brancusi tratando el mismo contenido. De su obra se ha dicho “El
beso
es un ejemplo de talla directa y del profundo conocimiento que tenía
el artista de las propiedades de los materiales con los que
trabajaba”.
Ninguna de sus versiones se basó en un modelo preparatorio, sino que
respondían a la naturaleza intrínseca del material en el que fueron
talladas. El escultor era capaz de conseguir la unidad tallando
esculturas en bloques macizos y lograr la unidad a partir de
elementos muy dispares.
La
preferencia de una u otra obra tiene es, como no, algo completamente
personal. Las dos son igual de válidas, simplemente a cada uno le
transmitirán sensaciones muy distintas. Desde pequeña guardé en mi
retina la obra de Rodin, no la llegaba a entender del todo, sin
embargo, me parecía muy perfecta y le guardaba gran admiración. No
lo recuerdo, pero probablemente no hubiera visto entonces El beso de
Brancusi, aunque de haberlo contemplado a esa edad, me hubiera
parecido más bien una escultura de niños que cualquiera podría
reproducir con plastilina. Tras estos años de carrera y con el
impulso de la asignatura de monografías, he experimentado el alivio
de dejarme llevar por el arte, disfrutarlo, escuchar qué es lo que
me dice una obra sin limitarme a ejecutar un exhaustivo y frío
análisis. Si algo gusta, ha de tener una razón aunque no
comprendamos porqué en ese momento. Y ¿qué más da si la obra de
Rodin es muy compleja y sin embargo muchos pudieran reproducir algo
parecido a El beso de Brancusi? El artista ha sido capaz de crear una
forma que soy capaz de identificar y que me emite el mensaje de forma
directa. Con su trabajo no ha necesitado servirse de una una imagen
tan evidente, disfruto de él y conforme más lo observo más cosas
me dice.
¿que es capaz de hacer un fotógrafo para conseguir un premio Pulitzer? ¿hasta donde puede llegar? ¿priva mas lo profesional o lo humano?
Cada año recibimos fotografías mas impresionantes, mas morbosas, con mas peligro y las premiamos, pero luego se habla de la ética del fotógrafo, si no fue capaz de ayudar a la niña, o si no tubo ningún tipo de remordimiento.. pero entonces que es lo que premian?
Otra fotografía muy polémica fue la de Kevin Carter, el buitre y la niña, donde intervino para recibir su beneficio y la gloria pero no para ayudar a la niña. ¿donde esta la ética del fotógrafo? Un antiguo compañero de trabajo asegura que era una persona fría, cruel, q aprovechaba a fotografiar momentos espeluznantes en un campo de tiroteos en la revuelta de Mandela, y fue cuando se tomo unas vacaciones cuando tomo esa foto, y por lo tanto no pudo sentir ningún tipo de remordimiento. el remordimiento vino después, tras ser portada en los periódicos, y tras recibir cientos de veces la misma pregunta, ¿por qué no le ayudaste? ahi es cuando se dio cuenta al punto en el que había llegado, y agonizó, callo en una depresión hasta su suicidio, una muerte "tranquila", escuchando música e inhalando monóxido de carbono.
da la casualidad que nos sentimos atraídos por lo morboso, por lo que provoca algo dentro de nosotros y nos hace ser participes de ello. También es una manera de adentrarnos en otro modo de vida, un puente hacia otra realidad paralela a la nuestra.
Para ellos, viven la fotografía como un medio en el que cobijarse, toman la cámara como una barrera entre la realidad y ellos, y los protegen del miedo incluso de la compasión.
Aunque también es cierto que en este mundo no se puede ver todo blanco o negro, hay q ponerse en la situación, no podemos juzgar a los demás si no sabemos si quiera que haría cada persona en que situaciones determinadas, pero lo que si que podemos hacer es reflexionar.
"...el ejercicio de la fotografía dentro del periodismo consigue, con frecuencia, imágenes de calidad con un trasfondo sumamente específico, síntesis de un momento singular, irrepetible, de circunstancias críticas que el fotógrafo es capaz de condensar en una instantánea cargada de significados...".
Anónimo
El World Press Photo 2012, galardón que se concede al mejor trabajo de foto-periodismo del año, fue otorgado al catalán Samuel Aranda, quien, durante el transcurso de las revueltas de la llamada Primavera Árabe, específicamente las que tuvieron lugar en Yemen, retrata a una mujer que acuna el cuerpo herido de un hombre, su hijo.
Aranda capta un instante conmovedor, compasivo, en el que los gritos del silencio proclaman ser escuchados. La piel desnuda del hombre contrasta con el burka que cubre a la mujer; el blanco y el negro, la vida y la muerte. Resultan especialmente inquietantes los asépticos guantes de látex que luce la mujer, ya que disienten con el tacto tierno, dulce y delicado que su cuerpo advierte.
La presente escena alude, indudablemente, a la célebre escultura de Miguel Ángel Buonarroti: La Pietà (1498-1499), en la que una Virgen doliente observa con estupor el cadáver de su hijo recién bajado de la cruz. Aranda transforma el mármol en carne.
Considero realmente fascinante esta última cuestión: cómo un claro ejemplo de iconografía cristiana es relacionado con un suceso contemporáneo ligado íntimamente al ámbito musulmán (los ropajes de la mujer, esa túnica sin tiempo, la tragedia cotidiana de la guerra) para mostrar al mundo la universalidad del sufrimiento humano.
Cuando la vista empezó a fallarle, hacia el final de su carrera artística, el genio impresionista recurrió a la cámara fotográfica para reflejar su temática preferida: las bailarinas. Tan sólo sus amigos más íntimos estaban al corriente de su obsesión por la fotografía.
Soltero y sin hijos, Edgar Degas trabaja sin descanso en su estudio al que muy pocas personas podían acceder. Hubo que esperar, por ello, a su fallecimiento, en 1917, momento en que fue examinado todo cuanto había en su estudio, para descubrir que había estado obsesionado con las posibilidades de la cámara fotográfica.
Todas las fotografías que se encontraron en su estudio tenían el movimiento como tema a experimentar. A pesar de que cuando Degas empezó a aficionarse a la cámara fotográfica, la fotografía se había inventado hacía ya décadas, sus tomas destacan por su originalidad. Ann Dumas, comisaria de la exposición que se realizó en Londres explica con claridad: 'A Degas no le interesaban los retratos de familia que reflejaban la buena posición o las modas, sino la luz y la oscuridad, la composición y el movimiento. Su obra está ejecutada con la mirada de un pintor.'
Sus pinturas fueron en su momento tan chocantes como los retratos de Toulouse-Lautrec de los bebedores de absenta o las busconas de Montmartre; cuyo claro ejemplo serían su cuadros de las bailarinas ya que en aquellos tiempos estaban poco mejor consideradas que las prostitutas.
Degas era consciente de la polémica que provocarían estos cuadros entre la sociedad parisina del momento; a pesar de ello, se negaba a cultivar temas históricos o clásicos; los preferidos de aquella época. Pero a diferencia de muchos su interés por las bailarinas fue puramente artístico y sus fotos revelan el deseo de explorar el movimiento; justo lo que habían hecho los pioneros de la fotografía.
Éste es un cuadro que siempre ha estado en mi casa y nunca
me había parado a observar. En él se ve un interior con una pequeña ventana que,
en su amplitud, ofrece una porción de paisaje al habitante de la vivienda.
Resulta inquietante que el pintor haya decidido dejar las vistas en un segundo
plano pues, personalmente, me habría parecido lo más atractivo de la visual. Días
más tarde, asistí a una conferencia de Carlos Ferrater en la que hablaba de la
construcción de una ventana. En una de sus casas, una pared del salón se dedicó
por completo a un ventanal que mostraba la costa mediterránea en toda su extensión.
Dos o tres metros por delante de ella colocó un cristal que impedía acercarse
más a esa ventana. El resultado de esto fue que el paisaje quedaba aún más
ensalzado al enmarcarse de esa manera, limitando una porción invariable de mar
Mediterráneo a disposición de su ventana, como si de un cuadro se tratase.
Muchos artistas han demostrado su interés por la ventana, no
sólo en temas arquitectónicos como sería lo obvio sino también en la pintura e
incluso la escultura. Para cada uno de ellos, no obstante, significa y
transmite algo diferente. Matisse las definía como “un paso entre el exterior y
el interior”, el ojo a las afueras de una habitación, una sugerencia que invita
a espacios abiertos. En uno de sus cuadros poetizó la forma de la ventana con
sus colores vivos y trazos irregulares, incluyéndola dentro de un lenguaje que
habla de posibilidades, apertura a otro mundo y vivacidad.
Otros, sin embargo, lo ven con el sentido pesimista y
melancólico que puede haber dentro de tantos artistas. Chagall, que siempre se
sintió en París como un extranjero, transmite en su cuadro su imagen de París
como una ciudad extraña, indescifrable, misteriosa e incomprensible. Haciendo
uso de la ventana, el espectador se sitúa fuera de una escena que, a su vez, no
está del todo incluida en el cuadro sino que forma parte de otro mundo, lejano
a ese París que tanto repudiaba.
Dalí puede ser otro ejemplo con esa Muchacha en la Ventana,
obra temprana anterior a su época surrealista pero que con su paleta de colores
y composición del cuadro consigue transmitir el anhelo por parte de la joven
hacia el exterior.
Saliendo de la pintura, Raymond Mason quiso expresar con su
Barcelona Tram el paso rutinario del tranvía por la parada de una estación de
Barcelona, sugiriendo a su vez el anhelo por parte de los viajeros de salir de
ese destino al que el tren les llevaba. Con las ventanas del tranvía Mason
enmarca cada una de esas vidas, en contraposición a la aparente libertad de los
que están fuera del vehículo. Todo ello, sin embargo, está visto como si se
estuviera dentro de una caja (una ventana al fin y al cabo), enfatizando más la
sensación de aprisionamiento de todos los que están dentro de la escena.
No podía faltar en este post un clásico en el cine: La
Ventana Indiscreta, de Hitchcock. En ella un fotógrafo, al no poder moverse a
causa de su pierna, se dedica a observar desde su ventana el patio interior al
que dan todas las casas del vecindario. Por un lado, reflexiona sobre la idea
de ver pasar la vida a través de una ventana, reflexión que nos puede devolver
a la de la casa de Ferrater; por otro, la misma sensación de aprisionamiento e
impotencia que pueden tener la muchacha del cuadro de Dalí o los pasajeros del
tranvía de Barcelona. En el fondo, está claro que ese límite entre el interior
y el exterior, entre un mundo y otro, es algo que nunca dejará de fascinar a
los artistas.
Cuando se aborda el tema de la fotografía, tendemos a imaginárnosla en un aspecto artístico y documental.
efectivamente así lo es, es un medio de expresión artístico que deja un campo muy amplio a la creatividad y una gran fuente de documentación.
Anteriormente, solo podíamos contar con una visión subjetiva del artista, ya sea por unas pinturas o unos grabados, por lo que con la fotografía hemos conseguido dar un salto de lo subjetivo a lo meramente objetivo, una descripción fiel a la realidad.
El interés por la fotografía va mucho mas allá. Para la ciencia, ha resultado ser una herramienta imprescindible, no solo para poder registrar lo que el ojo percibe y almacenarlo y poder recurrir a ello cuantas veces se quiera, sino también para poder lograr ver aquello que resulta imposible, lo que el ojo humano es incapaz a tiempo real.
Para ello se necesitan equipos adecuados, ópticas especiales, diferentes tipos de luz... para lograr el resultado deseado. se pueden lograr desde tomas muy lentas a todo lo contrario, poder lograr hasta 10 imágenes por segundo.
A principios del siglo XX se creó una especie de comunidad artística en París, debido a las muchas mujeres anglosajonas y norteamericanas que se instalaron en la ciudad en busca de un ambiente más liberal y bohemio donde desarrollar sus dotes artísticas. Aunque estas mujeres no sólo se dedicaron a la creación artística, sino que fundaron librerias, editoriales, revistas literarias, salones artísticos, prensa alternativa...
Una de las figuras más destacadas de esta época es Gertrude Stein, la cual se instaló en París con su hermano Leo; ya que ambos compartían su pasión por el arte de vanguardia; el cual les llevó a invertir casi todo su dinero en las obras de arte de los artistas jóvenes del momento. De esta forma se convirtieron en los primeros coleccionista de pinturas cubistas y fauvistas; y junto con ello en mecenas del arte del momento.
Las reuniones artísticas que se celebraban en su casa; la cual compartía con Alice B. Toklas, eran muy prestigiosas y a ellas acudía la flor y nata de la intelectualidad norteamericana y europea del momento, Pablo Picasso, Henri Matisse, Guillaume Apollinaire, Ernest Hemingway y Francis Scott Fitzgerald.
Por su apoyo incondicional a los artistas jóvenes, llegaron a llamarla 'la madre del modernismo'.
Esta mujer fue retrada varias veces por varios artistas:
Este es un retrado pintado por Pablo Picasso en 1906.
Retrato de Gertrude pintado por Picabia.
Toda esta época se ve claramente reflejada en el nuevo largometraje dirigido por Woody Allen ' Midnight in Paris'.
Así es como entienden algunos
críticos este film de Michel Hazanavicius, director francés que decidió
aventurarse a volver al cine mudo, al blanco y negro, a esas historias que
apenas necesitaban de algún que otro intertítulo para dar a entender un relato
sencillo, optimista y de final feliz.
La historia relata la caída del
que fuera la mayor estrella del cine mudo de Hollywood a causa de la llegada
del cine hablado, en paralelo a la ascensión a la fama de una bailarina que con
su encanto cautiva a un público con ganas de, literalmente, “oírle” hablar. Sin
embargo, The Artist no se queda en una vuelta al cine clásico: es una
imitación, con plena consciencia de que el espectador es una persona del siglo
XXI. Consigue, a través de pequeños detalles, que la película pase de ser una
clonación de un film de los años 20 a un relato original y totalmente
contemporáneo.
Proyectada en 4/3, la película
comienza con los créditos en un tipo de letra de entonces, fotografía en blanco
y negro y una banda sonora reminiscente de aquellas películas no sólo por el
estilo de canciones (algunas de ellas de films preexistentes) sino por la forma
en que se han compuesto. Que se deje sonar la canción hasta el final para dar
comienzo a la siguiente o que las escenas más cargadas de emoción se enfaticen
con subidas de intensidad mucho más evidentes que en acordes de películas
actuales son ejemplos de pequeños detalles que llevan al espectador a la época
de la película. Sin embargo, vemos que está siempre presente la consciencia del
director de que la película es del siglo XXI con el uso de silencios
repentinos, gestos en los personajes o detalles totalmente contemporáneos. Hazanavicius
entreteje los diferentes detalles para dar a entender que ambos tipos de cine
no son incompatibles sino todo lo contrario.
Esa idea nos lleva a su vez a la
historia que se relata: el desmarque por parte del protagonista con todo lo que
tenga que ver con la innovación del cine hablado y, por otro lado, aquéllos que
apostaban por un cambio radical en el mundo del cine. En los años 20, época de
esplendor del cine mudo, el cine contaba con una serie de cánones cuya
transgresión sólo llevaba al rechazo por parte de la sociedad. Y es que con
esta diferenciación Hazanavicius toca un tema presente en todas las
manifestaciones del arte y de la vida en general: el miedo al cambio. Ésta bien
podría ser la posición del protagonista, quien se niega rotundamente a aceptar
que las películas habladas vayan a tener éxito. El resultado de su postura es
la ceguera: no es capaz de prever que su carrera se vendrá abajo a causa de su
terquedad. Todo acto de innovación supone un riesgo, una transgresión de la
norma, de aquello que se había establecido como clásico. La voz en la
cinematografía supone una innovación como pudo ser la aparición de la
fotografía, las vanguardias, la televisión o Internet. El cine desde aquel
momento dejó de ser un conjunto de imágenes, pasó a contar historias complejas
y pudo mezclar dos artes que hasta entonces no habían podido fusionarse. El
director es plenamente consciente de que la importancia de su película no reside
en la reinterpretación de una película muda sino en su idea de que el cine es
algo tan atemporal como cualquier otro arte.