martes, 17 de abril de 2012

UNA PIEDAD ÁRABE

"...el ejercicio de la fotografía dentro del periodismo consigue, con frecuencia, imágenes de calidad con un trasfondo sumamente específico, síntesis de un momento singular, irrepetible, de circunstancias críticas que el fotógrafo es capaz de condensar en una instantánea cargada de significados...".

Anónimo



                     














     El World Press Photo 2012, galardón que se concede al mejor trabajo de foto-periodismo del año, fue otorgado al catalán Samuel Aranda, quien, durante el transcurso de las revueltas de la llamada Primavera Árabe, específicamente las que tuvieron lugar en Yemen, retrata a una mujer que acuna el cuerpo herido de un hombre, su hijo.

     Aranda capta un instante conmovedor, compasivo, en el que los gritos del silencio proclaman ser escuchados. La piel desnuda del hombre contrasta con el burka que cubre a la mujer; el blanco y el negro, la vida y la muerte. Resultan especialmente inquietantes los asépticos guantes de látex que luce la mujer, ya que disienten con el tacto tierno, dulce y delicado que su cuerpo advierte.

     La presente escena alude, indudablemente, a la célebre escultura de Miguel Ángel Buonarroti: La Pietà (1498-1499), en la que una Virgen doliente observa con estupor el cadáver de su hijo recién bajado de la cruz. Aranda transforma el mármol en carne.

     Considero realmente fascinante esta última cuestión: cómo un claro ejemplo de iconografía cristiana es relacionado con un suceso contemporáneo ligado íntimamente al ámbito musulmán (los ropajes de la mujer, esa túnica sin tiempo, la tragedia cotidiana de la guerra) para mostrar al mundo la universalidad del sufrimiento humano.





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