jueves, 12 de abril de 2012

A través de la ventana


Éste es un cuadro que siempre ha estado en mi casa y nunca me había parado a observar. En él se ve un interior con una pequeña ventana que, en su amplitud, ofrece una porción de paisaje al habitante de la vivienda. Resulta inquietante que el pintor haya decidido dejar las vistas en un segundo plano pues, personalmente, me habría parecido lo más atractivo de la visual. Días más tarde, asistí a una conferencia de Carlos Ferrater en la que hablaba de la construcción de una ventana. En una de sus casas, una pared del salón se dedicó por completo a un ventanal que mostraba la costa mediterránea en toda su extensión. Dos o tres metros por delante de ella colocó un cristal que impedía acercarse más a esa ventana. El resultado de esto fue que el paisaje quedaba aún más ensalzado al enmarcarse de esa manera, limitando una porción invariable de mar Mediterráneo a disposición de su ventana, como si de un cuadro se tratase.

 
Muchos artistas han demostrado su interés por la ventana, no sólo en temas arquitectónicos como sería lo obvio sino también en la pintura e incluso la escultura. Para cada uno de ellos, no obstante, significa y transmite algo diferente. Matisse las definía como “un paso entre el exterior y el interior”, el ojo a las afueras de una habitación, una sugerencia que invita a espacios abiertos. En uno de sus cuadros poetizó la forma de la ventana con sus colores vivos y trazos irregulares, incluyéndola dentro de un lenguaje que habla de posibilidades, apertura a otro mundo y vivacidad.

 
Otros, sin embargo, lo ven con el sentido pesimista y melancólico que puede haber dentro de tantos artistas. Chagall, que siempre se sintió en París como un extranjero, transmite en su cuadro su imagen de París como una ciudad extraña, indescifrable, misteriosa e incomprensible. Haciendo uso de la ventana, el espectador se sitúa fuera de una escena que, a su vez, no está del todo incluida en el cuadro sino que forma parte de otro mundo, lejano a ese París que tanto repudiaba.

 
Dalí puede ser otro ejemplo con esa Muchacha en la Ventana, obra temprana anterior a su época surrealista pero que con su paleta de colores y composición del cuadro consigue transmitir el anhelo por parte de la joven hacia el exterior.

 
Saliendo de la pintura, Raymond Mason quiso expresar con su Barcelona Tram el paso rutinario del tranvía por la parada de una estación de Barcelona, sugiriendo a su vez el anhelo por parte de los viajeros de salir de ese destino al que el tren les llevaba. Con las ventanas del tranvía Mason enmarca cada una de esas vidas, en contraposición a la aparente libertad de los que están fuera del vehículo. Todo ello, sin embargo, está visto como si se estuviera dentro de una caja (una ventana al fin y al cabo), enfatizando más la sensación de aprisionamiento de todos los que están dentro de la escena.


No podía faltar en este post un clásico en el cine: La Ventana Indiscreta, de Hitchcock. En ella un fotógrafo, al no poder moverse a causa de su pierna, se dedica a observar desde su ventana el patio interior al que dan todas las casas del vecindario. Por un lado, reflexiona sobre la idea de ver pasar la vida a través de una ventana, reflexión que nos puede devolver a la de la casa de Ferrater; por otro, la misma sensación de aprisionamiento e impotencia que pueden tener la muchacha del cuadro de Dalí o los pasajeros del tranvía de Barcelona. En el fondo, está claro que ese límite entre el interior y el exterior, entre un mundo y otro, es algo que nunca dejará de fascinar a los artistas.

2 comentarios:

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  2. La simbología en el arte resulta ser un tema bastante interesante. La ventana es uno de los simbolos más recurridos. Artistas como Joan Miró estaban obsesionados por contar sus historias abarrotando sus cuadros de elementos que tenían un importante trasfondo. En el caso del artista español la ventana era uno de esos elementos. Asimismo las estrellas, sillas, gatos, puntos, lunas, escaleras... eran objetos a los que recurría, conteniendo cada uno de ellos un extenso mensaje, y haciendo de sus cuadros complejas historias.
    María Jesús Blanco

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